DON BARTOLOMÉ CARRILLO FERNÁNDEZ

COADJUTOR EN SANTAELLA DEL Sr. RECTOR DON DIEGO MILLÁN DONCEL
ASESINADO EN BAENA A LOS 39 AÑOS, EL 23-VII-1937

Por RAFAEL RUIZ, Cronista Oficial

Escribo este relato para la Revista de Feria porque los pueblos deben de conocer su historia para imitarla en lo bueno y rechazarla en lo malo. Y porque en torno a este Sacerdote, que está en proceso de beatificación por su martirio, tengo el recuerdo de mi madre, que tanto me hablaba de él como de un santo, y de la buenísima labor pastoral que realizó en Santaella, desde el 1 de septiembre de 1921, en que el obispo don Adolfo Pérez Muñoz lo nombró coadjutor de don Diego Millán Doncel, hasta el año 1924, que lo destinó a Alcaracejos, a once kms. de su pueblo natal, Pozoblanco. Además, durante los 16 años que viví en Córdoba, como Profesor del IES “Séneca”, conocí a una hermana suya soltera y muy viejecita, que tenía acogida en su piso un sobrino de don Bartolomé, que se llamaba como él y tomábamos copas juntos por Ciudad Jardín.. Vivían en mi mismo bloque de la calle Damasco y en mi misma planta. Ella se venía con frecuencia a mi piso para hablar conmigo de su hermano y de los buenísimos recuerdos que guardaba de Santaella, de mi madre, de su íntima amiga “la tita Ní”, y de mucha buena gente del pueblo, que ya casi todos han fallecido. Quizá don Juan Palma de la Rosa y Eladia Castañeda seguro que se acordarán de ella y de don Bartolomé, porque me hablaba muy bien de toda la familia de la tita “Ní”.
Si alguien tuviera interés en documentarse mejor sobre su vida, don Manuel Nieto Cumplido editó un magnífico libro y completísimo relato histórico, titulado “La persecución religiosa en Córdoba, 1931-1939, 1998. El capítulo 24 está dedicado a don Bartolomé, con todo lujo de datos biográficos, y el núm. 162 de la revista Iglesia, de Córdoba, le dedicó el resumen que fotocopio textualmente:

De las 313 pgs. que don Manuel Nieto le dedica en su libro citado, entresaco textualmente estos párrafos, sin cambiar ni una coma:

Pgs. 298-99: “…Con un porvenir diocesano bastante halagüeño, el recién ordenado y licenciado, no obstante, comienza su itinerario de “probación”, según la terminología jesuítica, y es enviado por el Obispo como coadjutor de la parroquia de Santaella el 1 de septiembre de 1921… Santaella, villa asentada al suroeste de la ubérrima campiña cordobesa, era por entonces una población de 4.122 habitantes, atendida espiritualmente por un párroco y dos coadjutores. Uno de estos se hallaba habitualmente encargado de decir la misa dominical en la capilla de Molino Blanco, a cuyo alrededor estaba diseminado el caserío de La Guijarrosa. La actividad pastoral que en ella encontraba don Bartolomé parece estar tan envejecida y anclada en el siglo XIX como lo estaba su párroco, don Diego Millán Doncel, hombre nacido en 1859, y párroco del pueblo desde 1893. Su informe sobre la catequesis parroquial es revelada en cuanto que nos presenta la infancia de Santaella alejada la mayor parte del año de las prácticas religiosas.

En esta parroquia se explica y enseña el catecismo como la Doctrina Cristiana tanto a los niños como a los adultos durante el santo tiempo de Cuaresma. En las demás festividades del año se ha intentado cumplir con lo mandado en este punto, mas, no habiendo respondido persona alguna al llamamiento parroquial por malas condiciones de este vecindario exclusivamente agrícola ,se ha tenido que desistir de ello y emplear mayor actividad durante el tiempo cuaresmal…”.

Pág.300:”Existen en esta parroquia las Asociaciones de Hijas de María, que son las más constantes en la celebración de sus piadosos cultos mensuales, la Asociación Josefina, que también celebra su ejercicio mensual en los días 19; la Asoc0iación o Hermandad de Nuestra Señora del Valle, que está encargada especialmente en honrar a la patrona, y las llamadas cofradías de Semana Santa, que son eventuales porque cada año las forman distintas familias que se encargan de preparar y sacar en procesión las respectivas sagradas imágenes”.El párroco lo elogia con estas palabras; “ Cumple con celo ejemplar los deberes de su cargo en esta parroquia y tra0baja con incesable solicitud en la enseñanza del catecismo a los niños y adultos, viste constantemente el traje talar, cumple con diligencia sus deberes de su cargo en la parroquia y procede en todos sus actos como sacerdote ejemplar. Don Bartolomé, con su labor catequética, ha remediado, pues, una de las deficiencias pastorales anotadas por don Diego Millán Doncel, la catequesis de niños y adultos. Cuando más satisfecho se hallaba el párroco del joven pozoalbense, es nombrado, con fecha 29 de enero de 1924 coadjutor de la parroquia de San Andrés de Alcaracejos…Don Bartolomé se nos manifiesta como apóstol impulsor de la devoción a la Eucaristía, instituyendo la Asociación de los Jueves Eucarísticos…el 1 de marzo de 1926 es destinado como Cura ecónomo a Carcabuey….En el curso 1926-27 se matriculó por libre en la llamada Escuela de Derecho Canónico del Seminario de Córdoba. Prevista la vacante de Maestro de Ceremonias de la Catedral, el obispo don Adolfo Pérez Muñoz…No hubo otro opositor…y el tribunal lo nombró el 25 de junio de 1929….Don Adolfo le encomendó también la Cátedra de Teología Pastoral del Seminario….Allí entabló amistad con distintos profesores, entre ellos con don Félix Romero Menjíbar, futuro Obispo de Jaén. Ya en plena República, a la muerte del párroco de Santa María de Baena, empezó a regentarla, como Arcipreste y cura ecónomo de Santa María la Mayor…

Inmensa y sin descanso fue la labor en su pueblo en todos los sentidos. Nada le asustaron los resultados adversos de las famosas elecciones de febrero de 1936, y él siguió predicando y ejerciendo ejemplarmente su pastoral y labor, tanto religiosa, como social con los obreros y con los pobres.

“Desde el advenimiento de la República, ya se notó en la clase baja, fuertemente marcada por las ideas socialistas y de manera más marcada por los principios de la C.N:T., cierto odio a la religión y a sus ministros. Fueron suspendidas todas las manifestaciones públicas de culto. Después del 16 de se recrudeció esta actitud, Al extremo de ser apostrofados los sacerdotes en público, apedreados algunos cuando realizaban entierros… En la zona anarquista que nos ocupa, ningún otro pueblo como en Baena estallaron con mayor dureza los odios ancestrales del campesinado… Ya el 23…incendiaron el magnífico templo de Santa María con todo su tesoro artístico incluido, prendieron fuego a las iglesias de las monjas religiosas. Al día siguiente,… pudieron ver en la calle el cadáver de don Bartolomé Carrillo. Don Ángel González Muñoz nos contará su muerte en pocas palabras:”El Sr. Arcipreste fue muerto a tiros en la vía pública, con la saña de recibir los primeros disparos en los ojos, y ,semivivo, ser arrastrado hasta el patio del Colegio del Espíritu Santo donde, rociado con gasolina, se le prendió fuego. Ya herido, pedía que lo dejasen en atención a su anciana madre y teniendo sentidas súplicas a la Sma. Virgen, a la que invocaba con fe. Tembién tuvo perdón para sus asesinos”Don Bartolomé tenía entonces 39 años y había ejercido el ministerio pastoral en Baena durante dos años y siete meses. De él había escrito don Adolfo Pérez Muñoz que tenía una vida in tachable, un abnegado celo y un excelente espíritu sacerdotal. Lo rubricó con su sangre.